Son muchas las situaciones que pueden acarrear una pérdida de datos, desde un error humano, pasando por una avería, un fallo informático o ciberataque, hasta un desastre natural.
En cualquiera de los casos, el resultado puede ser desolador. No cabe duda de que los datos son el activo más valioso en la actualidad tanto para las empresas como para los usuarios. Generamos una enorme cantidad de información que queda almacenada en todo tipo de dispositivos. Ya sea un disco duro, un RAID, un pendrive, tarjetas de memoria o dispositivos móviles; cualquier soporte informático es susceptible de sufrir alguna de las incidencias ya mencionadas.
Los datos pueden desaparecer de un segundo a otro, y todos conocemos la sensación que eso produce, así como sus consecuencias. En el caso de una empresa, perder datos críticos o esenciales puede suponer una parada de negocio y reducción de ingresos a lo que se añade por el camino la pérdida de reputación.
La buena noticia es que cuando eso ocurre no todo está perdido. Es posible recuperar los datos en un dispositivo, sea cual sea el motivo de su pérdida, siempre que se haga con las herramientas y técnicas adecuadas. El procedimiento y método varía en función del formato, ya sea un disco duro, SSD, sistema RAID, una memoria USB, tarjeta SD o un teléfono móvil, por ejemplo.
Para entender cómo es el proceso de recuperación de información, es necesario comprender también cómo se almacenan los datos en nuestros dispositivos.
Cuando enviamos un archivo a la papelera y hacemos clic en “vaciar”, o cuando formateamos una tarjeta de memoria, en realidad los datos no se borran del todo. Siguen ahí, solo que ocultos. El dispositivo nos bloquea su acceso, pero no los eliminará. Ahora bien, si seguimos usando e introduciendo información nueva en ese equipo informático (ya sea guardar un nuevo documento ofimático, o volver a hacer fotos en una tarjeta de memoria) los nuevos archivos van ocupando el espacio de los datos borrados que estaban ocultos, y serán sobrescritos. A medida que se repite este proceso se va haciendo cada vez más difícil poder recuperar los datos eliminados en primer lugar.
Aún así, puede llegar a haber posibilidades, siempre que la recuperación se realice por un profesional. Por eso es importante que, “cuando por error o por avería se borren los datos, no se siga usando ese dispositivo, y llevar a cabo la recuperación de los datos lo antes posible”.
Recuperar datos: todo empieza en el diagnóstico
Cuando acudimos a un servicio profesional de recuperación de datos, el diagnóstico es el primer paso, que se basa en analizar el dispositivo para evaluar cuál es el problema. A continuación, se lleva a cabo el proceso de recuperar datos en función del tipo de fallo o incidente, ya sea de software o de hardware.
En este punto lo más importante es usar las herramientas y tecnologías adecuadas, así como “llevar a cabo los protocolos y estándares para manipular correctamente los soportes informáticos”.
El proceso profesional de recuperación de los datos es delicado. Por sus características concretas, los sistemas de almacenamiento son piezas de hardware sensibles físicamente a los movimientos, golpes y temperatura.
Los discos duros no son para siempre
En la línea de lo anterior, debemos tener en cuenta que ningún dispositivo nos va a durar eternamente. Solemos darnos cuenta cuando nos encontramos un viejo dispositivo por casa que ha dejado de funcionar, o cuando en la empresa se intenta recuperar información antigua almacenada en discos duros que se habían olvidado en algún cajón.
“El ciclo de vida aproximado de un disco duro es de 5 a 7 años”, e influyen muchos factores, como el cuidado que se haya tenido en su almacenamiento, o el nivel de uso que se le haya dado (calidad). De hecho, hasta un 5% de los discos fabricados fallan el primer año. (Aún así, y aunque se estima un ciclo de más de 10 años de vida, muchos usuarios han visto mermada su velocidad de lectura y escritura.)
Ahora bien, para evitar llegar a esta situación, los expertos advierten de la necesidad de llevar a cabo unos buenos hábitos de seguridad y de cuidado de los dispositivos. Es fundamental hacer copias de seguridad frecuentes o contar con una solución de backup profesional.
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