La limpieza del interior del PC es algo esencial, y ya no solo por higiene, sino porque se reduce la vida útil de nuestro hardware e incluso podríamos llegar al extremo de que se nos estropeen los componentes. A continuación, vamos a contarte por qué es tan importante mantener el interior de nuestro PC libre de polvo y suciedad.
Es inevitable que entre polvo al interior del PC, incluso aunque tengamos filtros anti polvo. Estas partículas y sus ácaros están en todas partes, y mientras haya algún ventilador en el equipo, estaremos provocando que, de una manera u otra, el polvo termine depositándose en nuestro hardware. Por este motivo, y por lo que os vamos a contar a continuación, es esencial realizar una limpieza del interior del PC cada cierto tiempo para evitar que este polvo que es inevitable que se acumule termine causando algún problema.
El polvo termina solidificado en forma de hollín
Cuando el polvo se acumula mucho, termina solidificándose en forma de hollín, y en un PC además este proceso se ve acelerado a causa del calor que generan los componentes (por este motivo la acumulación de polvo en el PC se ve de color marrón con el paso del tiempo, en lugar de gris como sucede al principio). Cuando el polvo se solidifica, comienza a tapar especialmente las rejillas por las que entra el aire taponándolas y evitando, precisamente, que entre aire fresco al interior. Por este motivo, se entorpecerá el flujo de aire y provocará que suba la temperatura de los componentes.
Los filtros anti polvo están diseñados para colocarse en las rejillas de entrada de aire, y por norma general se pueden poner y quitar fácilmente para que podamos limpiarlos de forma regular. No obstante, incluso con filtros las partículas más pequeñas de polvo terminan entrando y depositándose en nuestro hardware, por lo que al final el interior terminará igualmente con polvo. Los filtros quitan mucho trabajo, desde luego, pero no hacen a nuestro PC inmune al polvo.
En la imagen de arriba podéis ver un caso. Evidentemente el flujo de aire de ese equipo se está obstruyendo y los componentes estarán soportando mucho más calor del que deberían en condiciones normales. Esto lógicamente acorta la vida útil de los componentes, y puede llegar a provocar fallos.
Hace que el equipo sea más ruidoso
El polvo también se deposita en las aletas de los ventiladores. Esto produce que las aspas estén desequilibradas y que pesen más (aunque sea poco), por lo que el motor deberá funcionar a una cadencia para la que no ha sido diseñado, y puede terminar estropeándose. Se estropee o no, a buen seguro hará mucho más ruido que si los ventiladores estuvieran limpios.
Esto nos hace volver también al apartado de la temperatura, porque los ventiladores que están en disipadores o radiadores son especialmente vulnerables a la presencia del polvo. Crearán una capa sólida en la entrada de aire de las rejillas o entre las aletas, provocando que no pueda pasar el aire, haciendo mucho ruido (ya que el aire saldrá por donde no debe) y no refrigerando en absoluto el disipador o radiador, haciendo que el procesador se caliente en exceso y pudiendo llegar a dañarlo.
El polvo en el PC puede llegar a producir cortocircuitos
Por desgracia, el hollín que forma el polvo combinado con el calor es conductor de la electricidad. Cuando se deposita sobre la placa base o cuando entra al interior de la fuente de alimentación, puede llegar a hacer contacto donde no debe, con la mala suerte de que podría producir un cortocircuito. Si esto se produjera, sería todo un desastre porque dejaría inutilizado el PC, y podría llevarse por delante la fuente de alimentación en el mejor de los casos, y el resto del hardware en el peor de ellos.
En la imagen de arriba podéis ver un caso de cuando no se tienen ningún cuidado con el PC, y habrá gente que te dirá que nunca han limpiado su PC y sigue funcionando (sí, pero ¿en qué condiciones de ruido, temperatura e higiene?).
Dejando de lado que es recomendable limpiar por dentro el PC cada cierto tiempo aunque sea solo por higiene, también necesitamos hacerlo para preservar la temperatura, ruido e integridad de nuestro hardware. No decimos que haya que limpiar el PC todas las semanas, pero una limpieza por encima una vez cada tres meses nunca está de más, así como una limpieza en profundidad una vez al año.
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