Pasar horas al teléfono para confirmar una reserva o para resolver una duda ya es cosa del pasado. Ahora las personas pueden utilizar apps de mensajería instantánea para ello y sus problemas serán resueltos por inteligencia artificial.
En realidad los bots son programas informáticos o de inteligencia artificial que imitan el comportamiento humano. Son capaces de aprender del entorno y de sostener conversaciones simples con otros sistemas o usuarios.
Pueden realizar múltiples funciones, como editar textos, moderar conversaciones, responder preguntas o enviar correos electrónicos. Hoy en día son usados para realizar diversas tareas en múltiples plataformas, como YouTube, Twitter, Facebook o Instagram.
Por ello, existen distintos tipos de bots. Por ejemplo, los bots en los videojuegos son aquellos programas diseñados para comportarse como un jugador e interactuar y competir con otros jugadores humanos. En este sentido, su calidad viene determinada por la capacidad para vencer en el juego.
Otro tipo de bots son los que crean las marcas y están enfocados al servicio al cliente. En este sentido, pueden mantener conversaciones con los usuarios para resolver sus dudas o comprar algún artículo.
Pero los bots también pueden ser utilizados para realizar tareas maliciosas, como por ejemplo para promover ciberataques, fraudes, robos, envío de Spam y propagación de virus. Por eso, el uso de bots impone la necesidad de establecer ciertos límites éticos en lo referente a su programación y sus funciones.
Por esa razón, algunos sitios tienen reglas muy estrictas para el uso de bots. La prueba la tenemos en que muchas de las compañías que ofrecen servicios de correo electrónico, como Hotmail, Yahoo o Gmail, exigen a los usuarios escribir una serie de caracteres representados en un gráfico. Así comprueban que eres un humano y no un bot.
Pero hay que tener cuidado con esta inteligencia artificial. A pesar de que representan una gran ventaja para el desarrollo de la tecnología actual y futura, en ocasiones las cosas podrían salir peor de lo que esperamos. Es el caso de Tay, el chat bot de Microsoft que era capaz de responder a los usuarios gracias a su aprendizaje con otros twitteros. Al final, Tay tuvo que ser desactivada por sus comentarios racistas y fuera de lugar, ya que muchos usuarios se dedicaron a sabotear el proyecto.
Internet es sin duda una plataforma que forma parte de nuestra vida cada día. Utilizamos la red para buscar información, comunicarnos con familiares y amigos, trabajar, entretenimiento… Tenemos a nuestra disposición un gran abanico de posibilidades. Ahora bien, ¿qué parte del tráfico web realmente es debido a los usuarios?
Los bots, parte importante del tráfico de Internet
Como sabemos, los bots son programas informáticos que llevan a cabo tareas repetitivas y automatizadas. Un bot puede realizar miles de tareas al mismo tiempo, algo que una persona no podría realizar y se necesitarían miles de humanos para el mismo proceso. Los bots de Internet pueden ser rastreadores, por ejemplo. Están diseñados para recopilar información de un sitio y rastrear la red.
Hay bots muy diferentes. Sin embargo en lo que se refiere a este artículo hablamos de bots que pueden visitar páginas web y, en definitiva, consumir tráfico. Esto en ocasiones puede ser un problema. Hay que tener en cuenta que existen bots maliciosos y bots que son necesarios o que ayudan a determinados procesos.
En cuanto a los bots maliciosos, según un informe representan hoy en día el 24,1% de todo el tráfico web. Pero esta cifra no hace más que aumentar y si la comparamos con el año anterior ese aumento ha sido del 18,1%.
Por otra parte tenemos los bots buenos, que también representan una parte importante del total. Concretamente hablamos del 13,1% de todo el tráfico. En este caso ha habido una disminución del 25,1% respecto al año anterior.
Más de un tercio del tráfico total
¿Qué significa todo esto? Si hacemos la suma, el tráfico de bots representa más de un tercio del total. De hecho podemos decir que únicamente el 62,8% del tráfico en la red procede realmente de humanos. Todo lo demás, ese 37,2% restante, procede de bots, ya sean buenos o malos.
Hay que mencionar que los bots pueden actuar de una manera muy diferente. Algunos de ellos pueden recopilar datos de los usuarios, inflar tráfico web de un sitio, rastrear la red, etc. Como hemos mencionado son procesos automáticos que las personas tardarían mucho tiempo en poder llevar a cabo.
Muchos bots pueden ser encargados del envío masivo de Spam, realizar transacciones fraudulentas o incluso llevar a cabo intentos de iniciar sesión por fuerza bruta y poder acceder a las cuentas de los usuarios.
Las redes sociales pueden ser un foco importante para bots. Esto podría también poner en riesgo nuestra seguridad y privacidad. Es por ello que debemos tener cuidado a la hora de utilizar ciertas plataformas.
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