Es una de las tendencias tecnológicas con más proyección de futuro, por lo que es muy posible que oigáis hablar mucho de ella en los próximos años, ¿sabéis qué es Edge Computing y en qué consisten?
Aunque aún no se han alcanzado las cifras exageradas que se dijeron hace años, los dispositivos conectados que forman el conocido como Internet de las Cosas (IoT) cada vez son más numerosos. Puede ser cualquier cosa, una lámpara inteligente, un frigorífico, los televisores, el termostato, una cámara de seguridad, un patinete eléctrico, incluso un coche.
Todos estos objetos y muchos más, están conectados a la red generando millones de datos. Una vez los han recogido esos datos, los envían a la nube, es decir, a grandes centros de datos que los procesan y consiguen obtener algunas conclusiones para mejorar con el tiempo el sistema, es lo que se conoce como Cloud Computing.
Pero según esta red de dispositivos IoT se va haciendo más grande es necesario buscar otra solución más efectiva, que implique menos gasto y más rapidez de respuesta. Aquí es donde entra el Edge Computing.
El proceso actual, como decimos, es costoso y lento, consume mucha energía y no aporta mejoras rápidas. Los datos deben viajar una distancia muy grande hasta los centros de datos, así que los defensores de la iniciativa Edge Computing, proponen que esos datos se analicen de forma local para no depender de los grandes centros de datos.
Por poner un ejemplo muy básico, en vez de contar con un gobierno y administración central que se encargue de todo, en los distintos países se han establecido centros locales como ayuntamientos que se encarguen de los temas de la localidad.
De esta manera, el Edge Computing sería una red en malla de microcentros de datos que procesan y almacenan datos críticos de manera local, para luego enviar todos los datos a un punto central o depósito de almacenamiento en la nube.
Fog Computing, otra solución
Otra propuesta similar sería la conocida como Fog Computing, que consiste en extender la nube como si fuera una niebla que se esparce por todas partes, para que esté más cerca de los dispositivos de IoT que dependen de ese procesamiento de datos.
Es decir, que mientras el Edge Computing se refiere de forma concreta al proceso computacional que realizan los "dispositivos edge", los dispositivos IoT con capacidad de análisis y procesos como routers o gateways de red, por ejemplo; el concepto de Fog Computing se diferencia del Edge por referirse a las conexiones de red entre los dispositivos edge y la nube.
¿Qué beneficios se están buscando?
Principalmente lo que se quiere conseguir es reducir el consumo de energía, consumir menos ancho de banda y reducir la latencia que se general al mandar la información tan lejos.
También se podría mejorar la seguridad, cuantos menos datos hay en un entorno cloud, menos vulnerable es ese entorno si se ve comprometido. Además, contamos con el riesgo de que el sistema se sature según vaya creciendo el número de dispositivos conectados en el mundo, para 2021 se calcula que habrá unos 30.000 millones en todo el mundo.
Hay un ejemplo mucho más claro de por qué es tan necesario mejorar con Edge Computing este sistema y es el coche. Más en concreto el coche autónomo o cada vez más inteligente, que recoge datos de la carretera por la que va circulando, los coches y peatones que le rodean, las señales de tráfico. Todo eso debe ser procesado a gran velocidad para que no atropellemos a nadie ni tengamos nosotros un accidente.
Si el coche debe enviar los datos a un centro lejano su respuesta puede ser lo suficientemente lenta como para que haya una desgracia. Tanto el Edge Computing como las redes 5G son parte del ecosistema IoT del que se nutrirán objetos como los coches autónomos en el futuro, donde la velocidad de procesamiento y transmisión de datos podría salvar vidas.
Comments