Todos conocemos que los PCs tienen la posibilidad de entrar en estado de suspensión, o que incluso podemos ponerlos a hibernar. Generalmente activamos estos modos para dejar el PC «dormido» cuando no lo utilizamos (o se activan automáticamente en ciertas situaciones si no configuramos el PC para lo contrario), pero de manera que cuando lo necesitemos se reactive más rápidamente que encenderlo desde cero. Pero, ¿sabes qué le sucede al hardware del PC cuando el equipo entra en estos modos de ahorro de energía?
Tanto el hibernar como poner el equipo en estado de suspensión tienen un mismo propósito: ahorrar energía cuando no estamos utilizando el PC, pero a su vez permitirnos retomar lo que estábamos haciendo, y justo donde estábamos, de una manera muy rápida. Son desde luego una manera bastante cómoda, al menos más que encender el ordenador y abrir los programas o documentos en los que estuviéramos trabajando.
Sin embargo, ambas cosas no son lo mismo, y afecta esencialmente al hardware del equipo.
¿Qué le sucede al hardware en el modo suspensión?
El modo suspensión, también conocido como «Sleep» en inglés, tiene en realidad tres posibles estados de energía (S1, S2 y S3) que dependen enteramente de lo que el hardware y el firmware del sistema permitan, pero el sistema solo puede entrar en uno de estos modos (es decir, no puedes tener componentes que entren en modo S1 y a la vez otros que entren en S2). Por otro lado, el modo S3 consume menos energía que el S2, y éste a su vez menos que el S1.
Tal y como su nombre indica, el hardware se queda entonces en un estado de suspensión o «dormido». En estos estados, sea cual sea de los tres posibles, el procesador entra en un estado de reposo y solo admite la orden de volver a despertarse, lo mismo que las unidades de almacenamiento (sean discos duros mecánicos o SSD). Eso sí, para preservar el estado en el que estaba el sistema, la memoria RAM sigue funcionando a pleno rendimiento, y aunque el consumo es evidentemente mucho más bajo que tener el ordenador completamente encendido, tiene cierto consumo.
Esta es la principal diferencia, como veremos a continuación, entre hibernar o suspender el equipo, ya que en el modo suspensión la memoria RAM permanece activa, algo necesario para que cuando «despertemos» el sistema, nos lo encontremos todo tal y como lo teníamos, incluyendo documentos y programas abiertos. Además, este modo de reposo es el más rápido de todos (a la hora de despertarse, nos referimos).
¿Qué le pasa al hardware al hibernar?
El modo hibernar corresponde al estado de energía S4 y, por lo tanto, tiene un consumo inferior al modo suspensión. El procesador y los dispositivos de almacenamiento entran en el mismo estado que en el modo de suspensión, pero la mayor diferencia radica en que aquí sí que se apaga también la memoria RAM, aunque previamente se ha volcado todo su contenido a un archivo temporal ubicado en la unidad de sistema, llamado hiberfil.sys.
Dado que en este modo es necesario copiar el contenido de la RAM a la unidad de almacenamiento antes de entrar en modo hibernación, y cuando lo «despertamos» hay que copiar de nuevo el contenido del archivo a la memoria RAM, es sustancialmente más lento que el modo suspensión, y aunque tiene la ventaja de que consume menos energía, tiene otra desventaja añadida porque si tu unidad de almacenamiento es un SSD, estarás no solo consumiendo bastante espacio sino que también estarás produciendo desgaste con esas escrituras adicionales.
Suspensión o hibernar el sistema, ¿qué es mejor?
Realmente, lo ideal es que si no vas a utilizar el PC durante un tiempo, lo apagues. Así no solo reduces al mínimo el consumo de energía, sino que también estarás evitando el deterioro de los componentes. No obstante si te gusta el poder retomar las cosas por donde las habías dejado cada vez que enciendes el PC, realmente el mejor modo es el de suspensión (frente a hibernar), dado que en este modo no solo estás evitando desgaste en la unidad de almacenamiento, sino que además es mucho más rápido.
En cuanto al consumo de energía tampoco hay una diferencia preocupante, porque la memoria RAM no consume demasiado. Eso sí, ten en cuenta una cosa del modo suspensión: dado que los datos están en la RAM, si se fuera la luz o apagaras manualmente el equipo podrías tener luego errores al haberse perdido los datos de la RAM y no poder retomar el sistema como estaba, al contrario del modo hibernación en el que eso daría igual al estar los datos en un medio de almacenamiento no volátil.
En cualquier caso, suspender o hibernar el sistema dependerá de tus necesidades. Si en tu caso tienes un portátil al que no le dura mucho la batería entonces será mejor hibernar para ti porque el consumo es inferior, pero si tienes un SSD o te queda poco espacio de almacenamiento entonces quizá prefieras suspender el equipo en su lugar. En todo caso, repetimos, lo mejor es apagarlo totalmente cada vez.
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